¡Una rutina con buen pie!

Pies de bebé con una flor

Que sea verano o invierno, que lleves deportivas, calcetines, zapatos de tacón o incluso sandalias…
¡Cuando te huelen los pies, te huelen los pies!

¿Por qué me huelen tan mal los pies?

Ya te habrás dado cuenta, no todos sufren de este embarazoso problema.
Aunque toca mucha más gente de la que nos gustaría, incluso a 1 de 4 niños.

Las causas más comunes del mal olor de pies son la excesiva sudoración y la mala higiene.
Transpiramos gracias a la acción de dos tipos de glándulas.

  • Las glándulas ecrinas, presentes en toda la superficie de la piel, producen un sudor sin olor compuesto al 99% de agua y 1% de sales minerales. Su función es regular la temperatura corporal (enfriarnos cuando tenemos calor).
  • El glándulas apocrinas, calzado con punta

Otro factor natural que nos puede jugar malas pasadas: la queratina.
Esta proteína de la piel se degrada “apestosamente” cuando está expuesta a mucha humedad.

Por lo que cuando encierras durante horas tus pies en un calzado mal lavado, estás regalando un banquete a unas bacterias que te odian ?

Niño oliéndose los pies

¡Otras causas sorprendentes!

“Eres lo que comes”, ¡nunca mejor dicho!
Algunos alimentos no solo pueden darte mal aliento pero también olor de pies, como el ajo, la cebolla, el curry… ¡Incluso el alcohol!

Pasa lo mismo con ciertos medicamentos, como la penicilina.

¿Por qué me huelen tan mal los pies?

¡Siempre es bueno repetir lo fundamental!
Para evitar el mal olor de pies:

  • Mantén una higiene perfecta.
    Los pies se lavan a diario (incluso varias veces si has hecho deporte) y si puede ser, con un jabón antiséptico.
    Cuidado en secarlos bien, también entre los dedos.
  • Cambia tus calcetines a diario y ventila tus zapatos después de cada uso.
  • Si tu calzado lo permite, lava regularmente la plantilla. No dudes en cambiarlo cuando está usado.
  • Alterna tu calzado durante la semana. Aunque tengas un par preferido, le harás un gran favor si de vez en cuando lo dejas en el zapatero.

¿Por qué me huelen tan mal los pies?

Pero ¿qué pasa si tengo una higiene perfecta y aún así mis pies huelen a queso?!

Existen muchas soluciones en el comercio (tratamientos secantes con cloruro de aluminio, aerosoles desinfectantes…)

Aquí te compartimos 4 trucos naturales que funcionan.

El polvo de talco

Un clásico que ha hecho sus pruebas.
El polvo de talco absorbe la humedad y huele bien. Puesto en el interior del zapato, te ayudará a controlar los malos olores… Aunque puede que te manche los calcetines, pero, claro, es un mal menor ?

El bicarbonato de sodio

Úsalo como el polvo de talco.
Tiene un olor más neutral pero también es eficaz.

El vinagre de manzana

Remoja los pies en agua caliente con vinagre de manzana.
Después de unos minutos, lávalos delicadamente e hidrátalos con una crema adecuada, ya que esta solución casera reseca bastante la piel.

La saliva

Esta planta tiene propiedades antitranspirantes.
Puede dejar unas hojas dentro de tu calzado (¡claro, mientras no lo usas!) para absorber la humedad. O lavarte los pies con una infusión de salvia.

Cuidado:
Si crees que tu problema de mal olor de pies no es “normal”, te invitamos a consultar un podólogo.
Podrías estar sufriendo una infección por hongos o bacterias y necesitar un tratamiento específico.

El calzado, tu mejor aliado

Aunque sigas estos consejos al pie de la letra, puede seguir tu problema de olor de pies, si tus zapatos son de mala calidad.

Te aconsejamos usar un calzado:

  • A tu talla (más te aprietan, más sudas).
  • Fabricado con materiales naturales (cuero, algodón…) y no sintéticos (que favorecen la transpiración).
  • Con calcetines de algodón (a menos que lleves chanclas ¡claro!).
  • Apropiado a la estación: olvida las botas en verano (¡!), mejor sandalias si hace calor.

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